martes, 29 de julio de 2008

No sabia que hacían allí, ese túnel era usado como vía de emergencias, lo más seguro es que también llevaba a otro lado. Su respiración y sus latidos aumentaron, lentamente fue arrastrando la escotilla hacia el orificio.

Con el eco del túnel escuchó:

Lord Spencer: Sparrow! Será el siguiente

Lizzie entonces se apoyó para escuchar mejor la conversación

Morgan: otro evento en su interminable lista de sentencia – dijo sarcásticamente

Lord Spencer: y su paradero?

Morgan: lo vieron cerca de aquí, escuche que se dirigía a Tortuga

Lord Spencer: será fácil atraparlo, a él y a muchos prófugos de la justicia que se esconden allí

Lizzie considero riesgoso seguir escuchando, a demás que era mas que obvio que Jack, estaría e Tortuga, murmuró – Tontos! – y terminó de encajar la escotilla logrando cerrarla por completo.

Tanta ansiedad que Lizzie sintió, hizo que se apoyara levemente en la muralla del edificio, brevemente solo para tomar un respiro y seguir. Comenzó a caminar apresuradamente, sonreía sin poder creer que había escapado de Lord Spencer. No supo como llegó al muelle, ya que todo el trayecto lo hizo prácticamente a oscuras, porque estaban recién encendiendo los faroles en las calles.

Esperaba que estuviera cualquier tipo de embarcación, alo mejor algún capitán aun la reconocía, no tanto por si rostro, sino por su apellido. Habían solo 2 embarcaciones en el muelle, ya que siempre zarpan al alba. Una le llamó más la atención que el otro, algún impulso, la dirigió a ella. Decidida hablar con la persona que estaba de espaldas iluminada tan solo con dos lámparas de aceite, que se encontraban apoyadas en la rampa, en las sombras se dejaba ver una silueta delgada y cabello largo.

Lizzie: Disculpe- provocando que se volteara a ver

Si- dijo no levantando mucho el rostro y dejando a un lado las cuerdas que sostenia en sus manos, tomó una de las lámparas para iluminar

Lizzie, reconoció ese rostro, se alegro mucho al verlo, alguien del pasado que podría ayudarla.

Lizzie: Ana Maria?- dijo casi sin dudas

Ana Maria: srta Swann, que hace aquí a estas horas?

Lizzie: larga historia, y tú que haces en Port Royal?

Ana Maria: Me vi obligada a desembarcar acá, para buscar algo de provisiones clandestinas, pero este pueblo esta hipnotizado con el mando de Lord Spencer

Lizzie: ni me lo digas – suspiró- Ana Maria, necesito tu ayuda

Ana Maria: ayuda?

Lizzie: si, necesito que me lleves…- mientras le explicaba resumidamente donde debía llegar

Ana Maria: comprendo, desde luego te ayudare, no tengo problema en mi barco hay espacio para una más, pero llego hasta Tortuga

Lizzie: tortuga- dijo casi en susurro – esta bien, salir de aquí es lo que me importa ahora

Ana Maria: bienvenida a bordo!- dijo estrechándose las manos – ahora yo te pido ayuda, para desatar estos cabos y zarpar antes que nos fiscalice algún almirante.

Así luego de que Lizzie ayudase a Ana Maria, zarparon, el mar estaba tranquilo, ella suponía que se debía a la Diosa.

El viaje no se hizo tan largo durante la noche. Lizzie fue invitada al camarote de Ana Maria, quien le había servido la cena y preparado una de las camas, para que pasara la noche allí.

Lizzie: oh que molestia – dijo luego de ver todas las comodidades

Ana Maria: de que molesta hablas. Dijo mientras apresuraba a que Lizzie se sentara, estaba ansiosa por saber mas detalles de su vida, el poco tiempo que convivieron en el pasado les había dejado un lazo de confianza, algo extraño

Ana Maria sorprendida, no tanto por la historia que Lizzie le había relatado – entonces decía la verdad! – dijo escapándosele de sus pensamientos

Lizzie la miro algo extrañada: quien?

Ana Maria: Jack Sparrow – dijo mientras servia otra ronda de ron, le ofreció a Lizzie pero ella desistió, se quedo pensado en lo que había dicho, como era posible que su relato de cómo ocurrió todo coincida con el de Jack Sparrow, puesto que ella mantenía en su memoria que el nunca decía la verdad.

Ana Maria interrumpió sus pensamientos: y bueno…

Lizzie: cuando fui a juntarme con Hill, Lord Spencer me capturo y aprisionó, conocí a una mucama, que digo, una jovencita de muy buen corazón que me ayudo a escapar, arriesgándose a si misma, bueno y ahora me ves acá, tomando ron y navegando hacia Tortuga

Ana Maria: como nos cambia la vida

Lizzie: en un segundo puede pasar muchas cosas – dirigió su vista hacia la ventana, estaba amaneciendo

Lizzie: tantas que no nos hemos dado cuenta de cómo a pasado el tiempo

Ana Maria siguió la mirada de Lizzie- claro – esbozando una sonrisa- es mejor que descanses, aunque sea el poco trayecto que nos queda – Lizzie asintió – Te dejare, iré a cubierta para que descanses mas tranquila

Lizzie: pero y tu…?

Ana Maria: descuida, con tanto ron me es imposible dormir – terminó de decir estas ultimas palabras luego de que ya se había alejado lo bastante para que no fuesen escuchadas por Lizzie

Era la segunda vez que llegaba a Tortuga, a pesar de la poca luz que quedaba del sol, tenia el mismo aspecto que en mis recuerdos, no había cambiado. Excepto porque no había tantos piratas como la vez anterior

Ana Maria: y por fin llegamos

Lizzie suspiró: ya veo, Ana Maria porque hay tan pocos piratas- dijo mientras trataba de esquivar a unos piratas borrachos que se dirigían directo hacia ellas. Cuando uno de ellos se dejo caer bruscamente junto a Ana Maria, esta lo empujo, junto con su compañero.

Ana Maria: Hay menos, pero quedan los más estupidos

Lizzie: pero porque?

Ana Maria: tu sabes mejor la respuesta que yo. Estos hombres, con pelucas blancas desean tener a su disposición la vida de todos… Hasta aquí llego yo, espero que encuentres alguien que te ayude, disculpa por el atraso, comprenderás que mi bote no es muy veloz, como en los que acostumbrabas navegar, y también lo siento por no poder llevarte hasta donde deseas

Lizzie: descuida, no te preocupes, ya hiciste lo suficiente por mí

Ana Maria: creo que no tendrás problemas, por lo menos aquí, con ese atuendo que te di, porque como mucama… no es lo tuyo.

Lizzie sonrió levemente, por ultimo Ana Maria, le paso su sombrero de capitana, dejando caer su cabellera negra- toma, es mas imponente… hasta luego- se dio media vuelta dejandose atrapar por la multitud, desapareciendo por completo de la vista de Lizzie.

Y bien…- se dijo Lizzie, saco los chelines que Pame le dio, de uno de sus bolsillos, pensando en pagarle a uno de los piratas para que la llevara. Era tarde, el sol se había puesto, otro día mas u otro día menos perdido, sin poder llegar a su destino. Vio otra vez su mano derecha, donde estaban los chelines, la empuñó y los volvió a guardar, tomo con ambas manos el sombrero que le dio Ana Maria, cuando estaba casi ya puesto en su cabeza, lo bajó y lo observó incrédulamente – no puede ser… - se dijo.

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